Los Elfos, del nórdico álfar y el latín albus "Blanco", son criaturas de origen nórdico que por muchos años fueron olvidados y que hasta el siglo XX volvieron a ser escuchados.
Eran un pueblo oculto de tipos de dioses menores de la naturaleza o personas muy singulares, mayormente inmortales, muy hermosos y jóvenes que habitaban en bosques y montañas rocosas. Su mayor característica son sus orejas puntiagudas y de ahí su confusión y comparación con seres como hadas y duendes.
Entre algunas de sus múltiples habilidades eran fabricar espadas, cazar, gran velocidad y agilidad, escuchar la naturaleza, práctica de magia, etc.
Algunas leyendas decían que cuando un hombre bueno y honorable moría, podía convertirse en un elfo. Algunos otros decían que los elfos eran pequeños seres malvados que se sentaban en el pecho de las personas y les causaban pesadillas, de ahí el alemán albtraum "Sueño de elfo".
En muchas culturas se hacían cultos a los elfos, como bailes, celebraciones y sacrificios de animales. A veces se hacían invisibles para pasar inadvertidos de sus peligros o enemigos.
En muchos países los elfos eran tratados como duendes traviesos que disfrutaban causando bromas a los pueblos y eran muy temidos por otros. Su furia podía llevar a la desgracia.
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