13 de diciembre de 2016

La Bestia de Gévaudan

La Bestia de Gévaudan es un misterioso animal que atacó la región de Gévaudan al sur de Francia, durante los años 1764 hasta 1767. Se decía que tenía la forma de un perro o lobo gigantes, con grandes colmillos y una larga cola. Poseían una gran fuerza y agilidad, además de ser sumamente agrisiva y peligrosa. Su piel era más resistente que la de un canino normal, ya que se dice que recibió golpes y varios impactos de balas, pero que ninguna pareció lastimarlo.


La bestia dejó diversas víctimas en los múltiples ataques que cometió, teniendo en común que todas las víctimas mortales aparecían con la gargante destrozada, decapitados, o incluso parcialmente devoradas. 
Muchos testigos, algunos heridos que habían logrado sobrevivir al ataque, y varios pobladores, aseguraban haber visto al enorme animal. Algunos creían que se trataba unicamente de algún canino salvaje, otros que se trababa de alguna especie de hombre lobo, e incluso aseguraban que era algún perro infernal que venía a repartir castigo y muerte.


Muchas de las víctimas de la Bestia de Gévaudan, incluyendo las primeras documentadas, fueron de jóvenes y niños de entre ocho y quince años de edad.
En un intento por detener las masacres cometidas por la bestia, se enviaron tropas y grupos de cazadores, entre los que es incluian los mismo campesinos o personas afectadas, para poder acabar con ella. Pero todas fracasaron.


En 1765, el porta-arcabúz del rey de Francia logró fusilar a un lobo de gran tamaño, al que se le atribuían las muertes de Gévaudan. Sin embargo, estas volvieron a reanudarse tiempo después.
Pero, a mediados de 1767, un granjero propio de la región, consiguió matar finalmente a la bestia, a la que describía como un perro gigante, disparándole dos balas de plata. Después de ese momento no volvió a repetirse ningún ataque. 

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