Herne el Cazador, es un personaje de leyenda originarias de Inglaterra. Se creía que era un fantasma con cabeza de ciervo que rondaba los alrededores del castillo de Windsor.
Según las historias, Herne era parte del séquito del rey Ricardo II, a quien una vez salvó de morir por culpa de un ciervo durante una de sus cacerías. Aunque el rey pudo salvar su vida, Herne había quedado herido de muerte. Se cree que después de visitar a una bruja, la única capáz de salvarlo, tuvieron que incrustarle los cuernos del ciervo muerto en su cabeza, y así pudo vivir.
Sin embargo, eso lo obligó a abandonar su tan querida práctica como cazador, por lo que comenzó a hacer viajes nocturnos por el bosque para que nadie lo viera y se burlara de su aspecto. Herne, aún en su estado, continuaba obteniendo muchos favores por parte del rey, provocando que el resto de los cazadores de la corte sintieran envidia.
Fue así que comenzó una serie de rumores que ponían en muy mala posición a Herne frente a los ojos del pueblo, acusándolo de ladrón y otros cargos falsos. Al final, los rumores fueron tan insistentes que Herne terminó decidiendo suicidarse colgándose de un árbol en el bosque.
Algunos creen que desde ese momento, Herne, el Cazador, buscó venganza de aquellos que lo habían inculpado, haciendo que se colgaran del mismo árbol en el que murió.
Suele describírsele acompañado de un séquito de fantasmas, otros muertes en ese mismo bosque, o de grupos de animales, como buhos y sabuesos.
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